Caupolicán, Lautaro y Galvarino :
La estrategia de Lautaro
Lautaro, cuyo verdadero nombre es Luan - taro, nace hacia 1535 en las Sierras de Carampangue. Figura admirada por su genialidad y destreza, es creador de un complejo arte militar mapuche, con el que organizó y condujo a su ejército nativo, estableciendo el sistema de guerrillas y las sorpresas tácticas, las fortificaciones de campaña, la invención de nuevas armas y aprovechamiento del terreno. Señala Ercilla que Lautaro era:
"Industrioso, sabio, presto,/ de gran consejo, término y cordura,/ manso de condición y hermoso jesto,/ ni grande ni pequeño de estatura". Su espíritu se refleja en los demás caciques como Galvarino, Caupolicán y Pelantaru, entre otros guerreros mapuche. Fue muerto en 1557 por las tropas de Villagra en Mataquito.
Según Benjamín Vicuña Mackenna, Lautaro era indígena por su infancia, por su sangre y su tradición, y español por su aprendizaje entre los conquistadores. Fue capturado por los españoles y sirvió como caballerizo de Pedro de Valdivia, desde los 16 ó 17 años. El Conquistador, a quien acompañó en sus campañas en el Sur, lo llamó Felipe.
Lautaro, cuyo verdadero nombre es Luan - taro, nace hacia 1535 en las Sierras de Carampangue. Figura admirada por su genialidad y destreza, es creador de un complejo arte militar mapuche, con el que organizó y condujo a su ejército nativo, estableciendo el sistema de guerrillas y las sorpresas tácticas, las fortificaciones de campaña, la invención de nuevas armas y aprovechamiento del terreno. Señala Ercilla que Lautaro era:
"Industrioso, sabio, presto,/ de gran consejo, término y cordura,/ manso de condición y hermoso jesto,/ ni grande ni pequeño de estatura". Su espíritu se refleja en los demás caciques como Galvarino, Caupolicán y Pelantaru, entre otros guerreros mapuche. Fue muerto en 1557 por las tropas de Villagra en Mataquito.
Según Benjamín Vicuña Mackenna, Lautaro era indígena por su infancia, por su sangre y su tradición, y español por su aprendizaje entre los conquistadores. Fue capturado por los españoles y sirvió como caballerizo de Pedro de Valdivia, desde los 16 ó 17 años. El Conquistador, a quien acompañó en sus campañas en el Sur, lo llamó Felipe.
El suplicio de Caupolicán
Nacido en Pilmaiquén, Caupolicán es el más protagónico de los héroes mapuche inmortalizados en La Araucana. Tan pronto asume como Toqui, o jefe militar, logra la rendición de las fuerzas españolas que controlan la plaza de Arauco. Junto a Lautaro, participa en la batalla de Tuca-pel, en la cual fue vencido y apresado Pedro de Valdivia, y ocupa más tarde Purén y Peuco. Es derrotado en el combate de Millarapue, cuando los españoles al mando de García Hurtado de Mendoza obligan a los mapuche a retirarse hacia el interior. Allí, Caupolicán rechaza las ofertas de paz y rendición, continuando en la resistencia.
Tras el frustrado ataque al fuerte de Cañete, los mapuche son perseguidos y el caudillo indígena cae en una emboscada, siendo apresado y luego condenado al suplicio de empalamiento como escarmiento para los mapuches rebeldes. Relata Alonso de Ercilla que mientras el palo iba destrozando sus entrañas, un grupo de indígenas leales a los españoles le lanzaban saetas con sus arcos. Su desgarradora muerte fue un aliciente para la lucha y lo convirtió en el mayor héroe mártir del pueblo mapuche.
Según el autor de La Araucana, Caupolicán era: "Noble mozo de alto hecho,/ varón de autoridad, grave y severo,/ amigo de guardar todo derecho, áspero y riguroso, justiciero;/ de cuerpo grande y relevado pecho,/ hábil, diestro, fortísimo y ligero,/ sabio, astuto, sagaz, determinado,/ y en casos de repente reportado".
Nacido en Pilmaiquén, Caupolicán es el más protagónico de los héroes mapuche inmortalizados en La Araucana. Tan pronto asume como Toqui, o jefe militar, logra la rendición de las fuerzas españolas que controlan la plaza de Arauco. Junto a Lautaro, participa en la batalla de Tuca-pel, en la cual fue vencido y apresado Pedro de Valdivia, y ocupa más tarde Purén y Peuco. Es derrotado en el combate de Millarapue, cuando los españoles al mando de García Hurtado de Mendoza obligan a los mapuche a retirarse hacia el interior. Allí, Caupolicán rechaza las ofertas de paz y rendición, continuando en la resistencia.
Tras el frustrado ataque al fuerte de Cañete, los mapuche son perseguidos y el caudillo indígena cae en una emboscada, siendo apresado y luego condenado al suplicio de empalamiento como escarmiento para los mapuches rebeldes. Relata Alonso de Ercilla que mientras el palo iba destrozando sus entrañas, un grupo de indígenas leales a los españoles le lanzaban saetas con sus arcos. Su desgarradora muerte fue un aliciente para la lucha y lo convirtió en el mayor héroe mártir del pueblo mapuche.
Según el autor de La Araucana, Caupolicán era: "Noble mozo de alto hecho,/ varón de autoridad, grave y severo,/ amigo de guardar todo derecho, áspero y riguroso, justiciero;/ de cuerpo grande y relevado pecho,/ hábil, diestro, fortísimo y ligero,/ sabio, astuto, sagaz, determinado,/ y en casos de repente reportado".
La rudeza de Galvarino
Galvarino es conocido como el más rebelde de los guerreros mapuche de la Conquista. Prisionero de los españoles, es castigado cortándole las dos manos, en uno de los espisodios memorables de La Araucana. Desafiante, Galvarino ofreció primero sus manos y luego su cabeza. Sin embargo, tras dejarlo manco, fue dejado en libertad para amedentrar a los demás indígenas. Tras la derrota de Millarapué, en 1557, nuevamente es apresado y condenado a la horca. Fue colgado de un árbol, rechazando la intervención del propio Alonso de Ercilla quien trató de salvarle la vida, alegando su colaboración con los españoles, la que el cacique negó hasta la muerte.
Galvarino es conocido como el más rebelde de los guerreros mapuche de la Conquista. Prisionero de los españoles, es castigado cortándole las dos manos, en uno de los espisodios memorables de La Araucana. Desafiante, Galvarino ofreció primero sus manos y luego su cabeza. Sin embargo, tras dejarlo manco, fue dejado en libertad para amedentrar a los demás indígenas. Tras la derrota de Millarapué, en 1557, nuevamente es apresado y condenado a la horca. Fue colgado de un árbol, rechazando la intervención del propio Alonso de Ercilla quien trató de salvarle la vida, alegando su colaboración con los españoles, la que el cacique negó hasta la muerte.
que bn
ResponderEliminarVe vale pito
ResponderEliminar... pongan mas fotos para 18+ xd
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